En los archivos de Internet aún queda algún rastro del primer espacio entendido como arquitectura poética de Escarpa: el Espacio Nautilus. Nació, tras su paso por la Fundación Antonio Gala, como un local compartido con otros creadores donde trabajó Títeres Todavía, una efímera compañía teatral de marionetas de la que formaron parte gentes tan valiosas como Pedro Larrea, Chús Arellano o Sofía Rhei. De almacén y sala de trabajo, tras la disolución de la compañía, paso a ser sala de ensayos, escenario y nave repleta de fiestas y encuentros insólitos. La Latina siempre era una sorpresa en aquellos años, que sirvieron como ensayo general para todo lo que vendría después. Por allí pasaron, por ejemplo, el mismísimo violín de Ara Malikian o los talleres literarios de Espido Freire y Ana Rossetti.
En la primitiva web se decía que «espacio nautilus es un centro de difusión cultural emplazado en el madrileño barrio de la latina que lleva en funcionamiento desde principios de 2004. en este breve período de tiempo se ha convertido en un espacio activo y multicultural que ofrece talleres, ciclos, encuentros, proyecciones, conciertos, presentaciones de libros y revistas, lecturas, recitales…
una antigua cava de vinos reformada, similar a muchas de las que pueblan los sótanos de uno de los barrios más dinámicos de la ciudad, se ha convertido en un local idóneo que enmarca todas las actividades que se realizan en él y les confiere un sabor especial, debido al techo abovedado de ladrillo visto. su aforo limitado de unas 70 personas acerca la configuración de espacio nautilus a la de otras salas alternativas de la capital.
la sala se utiliza como local de ensayo por diversas compañías, como espacio de trabajo para los talleres de diferentes disciplinas que se celebran a lo largo de la semana (teatro, danza, música, performance, títeres, literatura, etc.) y como privilegiado escenario donde diferentes creadores muestran sus trabajos, posibilitando así el contacto con el público y con otros creadores.
cuatro compañías gestionan las actividades de la sala de forma autónoma e independiente, atendiendo a unos estatutos comunes: marisol rozo (actriz, bailarina y profesora de danza moderna), TA3 (grupo de performance), sara nieto (actriz y profesora de teatro) y gonzalo escarpa (poeta y gestor cultural, presidente de la asociación cultural fósforo) coordinan espacio nautilus atendiendo a criterios cualitativos y tratando siempre de facilitar el intercambio, la experimentación y la comunicación artística.
escritores como joaquín pérez azaústre, ana rossetti, espido freire, pilar adón, elena medel o carmen jodra, músicos como el violinista ara malikian y el cantautor paco cifuentes y colectivos como la nada, editorial eneida, revistas salamandria y lecool o nosomoscómodos producciones han colaborado de una u otra manera en las actividades de espacio nautilus desde su inauguración.
espacio nautilus no recibe subvenciones de ningún organismo público o privado, y apuesta por la autogestión con el fin de mantener su independencia ética y estética, sin rechazar nunca la colaboración con otros espacios similares que desde hace algunos meses han ido apareciendo en madrid, componiendo un panorama cultural y artístico muy rico que antes permanecía agazapado.»